El sistema de foros de debate basado en el protocolo nntp (conocido simplemente como news) disfrutó de una gran popularidad cuando los navegadores no eran tan complejos ni tan completos, aunque actualmente su uso está decayendo, limitándose a ambientes muy concretos. Uno de ellos es la Universidad Española de Educación a Distancia (UNED).
En los años que he estado cursando la carrera de Informática en la UNED, he visto muchas veces en las news el mensaje ¡Terminé!, seguido habitualmente de una valoración general de la carrera con carácter retrospectivo. Estos mensajes suponen una inyección de ánimo para los que están cerca del final, incluso para los que lo ven como algo lejano, pues en la UNED, por aquello de la distancia, todo se ve bastante irreal.
Quizá esa sensación de irrealidad es con la que yo me enfrento al final de la carrera. Es algo que me ha supuesto tantas renuncias y sacrificios a mí y a mi familia, que ahora que se ha acabado, me cuesta asumir que puedo empezar a archivar libros, dar apuntes, y olvidarme de planificar las vacaciones en función de los exámenes.
Empecé mi carrera hace la friolera de quince años, en la Universidad de Murcia. Por el camino, he terminado la FP II, rama administrativa y comercial, especialidad Informática; el Ciclo Formativo de Grado Superior en Administración de Sistemas Informáticos; e innumerables cursos de temas muy específicos que no podría recordar ahora mismo, para terminar matriculándome en la UNED y acabar la carrera que había empezado, perdiendo en el cambio parte de lo avanzado por las pocas convalidaciones que existían. Parece una evolución académica extraña, pero tiene un sentido, que quizá cuente en otro post algún día.
En todo caso, las distintas circunstancias han ido retrasando este momento, pues cuando las cuestiones laborales no se interponían, lo hacían las personales, y así van pasando los años y no nos damos cuenta de que tenemos esa tarea pendiente. En mi caso, la perspectiva de ser padre en breve, me sirvió para comprender que estaba cerrando etapas de la vida, que inevitablemente dan paso a otras, con nuevos retos y preocupaciones, lo que supuso una presión suficiente para que decidiese matricularme de todo lo que tenía pendiente, y además, no sin su dosis de sufrimiento, sacar esas asignaturas y acabar la carrera.
Parece absurdo estar tan orgulloso de haber acabado una carrera de tres años en quince, y además Informática, tal como está el panorama para los informáticos. Puede ser. Si soy sincero, ahora mismo me hubiese dado igual si hubiese sido Ingeniería Industrial, Medicina o Cultivo de Champiñones. Se trataba de un reto personal de madurez y capacidad de organización, y parece que al final lo he conseguido. Nada tiene que ver la forma en que afrontaba la carrera cuando la comencé, como lógica extensión de mis estudios, con el objetivo laboral que hoy representa para mí. Y en este sentido, probablemente muchos alumnos de la UNED compartan ese sentimiento de logro, pues estudiar en estas edades en las que estamos metidos la mayoría, es una misión solitaria, donde no hay nadie más que tú, y en tu entorno cada vez resulta más difícil de comprender.
Recuerdo con particular intensidad, quizá porque lo tengo reciente, la sensación cuando fui a la Facultad de Informática de la UNED en Madrid, a examinarme de las dos últimas asignaturas que me quedaban, en diciembre. La mayoría de los que allí estábamos, completos desconocidos venidos de toda España, y entraditos en años para la universidad, teníamos el rictus serio que precede a un examen decisivo, a la vez que nuestras caras reflejaban la cantidad de sacrificios que habíamos hecho para llegar hasta allí. Había un sentimiento de hermandad cuando cruzábamos miradas accidentalmente: "no te conozco, pero soy tu compañero de fatigas, y comprendo lo que estás pasando. ¡Ánimo, que ya queda poco!".
¿Qué hacer ahora? No tengo ni idea. De momento, procede disfrutar este hito personal, que aunque algunos puedan considerar menor, se valora más cuanto más trabajo cuesta. En el futuro, y cuando se aclare el rumbo de la educación universitaria europea, quizá me decida a continuar estudios. Ahora creo que debo devolver algo de tiempo y dedicación a los que más han sufrido conmigo: mi familia.
A los que estáis a medio: de verdad, mucho ánimo, sois la razón principal de escribir este "tocho". Se puede acabar, aunque ahora mismo no podáis imaginarlo. Cuando miréis atrás, todas las críticas del tipo "¿por qué tengo que estudiarme esto que no vale para nada?" las miraréis de otro modo, y comprenderéis que esta batalla os ha hecho crecer como personas. Merece la pena.